viernes, 26 de noviembre de 2010

Alerta amarilla (hola otra vez, Valencia)






Hello, I'm back!


Sí Elefante y visitantes asiduos -de haberlos- welcome to Valencia que, aunque no lleve puesto mi tanga del fantasmita con el citado eslogan, sigue siendo mi ciudad de origen. Y estoy de vuelta.

Ayer mismo cogí el tren de las 6. 30' de retraso, ya decía yo que viajar en horas endiabladas no podía traer nada bueno. Pero yo tan contenta, que hasta respondí a un hombre de traje que "sí y no" cuando quería invitarme a pasar a su oficina ficticia para preguntarme lo que nunca llegaré a saber porque decidí fuego y cigarro y café-café en lugar de respuestas. No sé si hice mal, podéis opinar vosotros si os da la vena.
Total que me relamo, ensucio de carmín rojo la taza y la servilleta, me guardo el azucarillo y pienso en el tono anaranjado que no pude comprarme el otro día. Acto reflejo miro de reojo a la derecha por si estuviera, me digo, el tio que me vendió el billete. Como no está no le guiño un ojo a nadie y sigo mi camino no sin antes pensar en lo bien que me quedan mis gafas nuevas, en lo mona que voy y en que un día creí ver a uno de los miembros de Sidonie pululando por aquí, por el pasillo que me lleva a la vía 11.

Toda la parafernalia de los viajes, osea, saca el billete vuelvelo a meter y vuelvelo a sacar y no te olvides, little girl, de tus maletas y objetos, nuncamejorllamados, personales, ya os lo conocéis.
Lo que puede que no conozcais es mi frustración cuando una vez acopladita, asiento 5C, C de castigada, me percato y me alucino: ¿Dónde está mi novela? ¿Dónde están mis cómplices? ¿Dónde ha ido mi travieso protagonista? lo que sigue, también os lo podéis imaginar seais o no personas especialmente creativas: blasfemias, suspiros, acoplamientos al asiento, cremalleras, acordarme de lolita (mi bolso lleva su nombre) etc etc etc. Todo, menos encontrar lo que buscaba.
Y amiguitos, si ahora resumo es porque mis responsabilidades de llaman, pero sabed que pasé el viaje leyendo antiguos testamentos, escribiendo y escuchando cómo los hombres le susurran a las cabras, molestando a mi compañero-tan discreto que él era- de viaje. Le dijo el Señor revisor:


-¿Esta seguro de que este es su asiento?- Mi compi extrae su billete y dice algo así como "estaba ella" o eso creí entender. ¿Y quién es él? que dice el grupo de "La casa de los simpsons si existe" ¿En qué lugar se enamoró de ti? la la la
- ¿Le enseño yo el mio?-

- No hace falta- y me sonrie, el señor revisor como diciéndome, niña, are you in love?. Yo intento explicarle que ni de coña y eso sólo con una mirada, cosa que se me da bien, lo de mirar y observar, digo.

Llegamos, Estre, Lu and I a Valencia semicenados y con los deberes hechos, yo al menos. Podría haberlo mejor-siempre- pero soy una adicta al tabaco y ese malvicio me priva de concentrarme como Matute se merece que lo haga, que para algo es la mujer de los paraisos inhabitados, y si se la lee y se la escucha, hay que hacerlo con mayusculas. Las cosas bien hechas o nanai, será por artículos, no?
La encontré más bonita. O tal vez ella, this old home town, looks the same y quién mira diferente (ya os he dicho que tengo gafas nuevas) soy yo.


Pero anoche, esperando a que Lu terminase sus gestiones, me moría de frío. ¿Frio yo? Pues sí ladys and gentleman's. Helada, aun con dos pañuelos encima. Me preocupe seriamente por mi persona, este hecho tampoco es muy habitual, por si estaba, que me notaba, enferma.
Pero de cómo se me paso el frio, porque es una historia que me remite a otra, ya os hablaré mañana o pasado o nunca. Y de toda la contradicción que supone ver tu antigua habitación y querer cargar con tantos recuerdos y tantas tazas cuando no se sabe adónde van a ir a parar ni a quién ni porqué.





When you've got nothing...




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