martes, 24 de enero de 2012


bibliotecas, qué lugares

miércoles, 18 de enero de 2012

Adiós, maestro Leonhardt


Hoy el mundo se ha convertido en algo más triste. De camino al colegio, escuchando Radio Clásica en el coche, me ha sobresaltado (así, iteralmente) el saber que ha muerto el gran Gustav Leonhardt, todo un maestro de la interpretación y dirección de música antigua. Todos los aficionados a este género de música hemos disfrutado de sus bellas interpretaciones al órgano o al clave, o como director de la integral de las cantatas de Bach, entre otras muchas cosas. Este músico holandés no quiso sobrepasar los límites de la llamada música Antigua, todo lo más algo de Mozart o de Carl Philipp Emanuel Bach.
De esta triste noticia no se harán eco, desgraciadamente, las televisiones en sus informativos, o las radios generalistas, así que vaya desde aquí este humilde homenaje. Gracias por todo, maestro.

domingo, 8 de enero de 2012

los geniales Les Luthiers


Uno de mis números preferidos de estos genios.

viernes, 6 de enero de 2012

You can bring me flowers...baby







Son las 6:46 am y envuelvo paquetes de navidad. Nunca se me ha dado demasiado bien el arte de envolver pero todavía me gusta, como cuando era una cria. Cuando era una cria uno de los trabajos que quería era el de envolvedora de regalos- no necesariamente navideños, claro. Mi familia siempre sabe que regalo es el mio por la forma en que está envuelto:1-porque está mal. 2-porque el papel suele ser friqui y cutre y molt coent- pero esto último es intencionado- Una vez envolví todos los regalos con papeles de prensa que contenian noticias que me gustaban-tenía 13 años- y otra los puse todos en cajas de cartón que decoré y pinté intensamente-ahí tendría unos 16 y corría la época en que cogía piedras para luego dibujarles corazones y dejarlas por la calle- porque yo estaba algo triste, leía a pessoa (poesía, no prosa) y pensaba que sería guay encontrarse una piedra decorada, pensaba que a mi me alegraría el día- o bien recortaba las gomas de los lápices en forma, sí, de corazón y cogía un folio en blanco y hacía motivos y luego lo colgaba en mi cuarto hasta que me cansaba y entonces no lo dejaba por ahí sino que se iba directamente a la basura y el lápiz igual.

El resto de regalos están ya en la mesa y al parecer yo tengo algunos. Son pequeñitos. Y me acuerdo de la frase hecha que les enseñé a mis nanos: "al pot petit hi ha bona confitura" Ninguno parece ser un libro. No importa-pienso-porque yo ya compré un par por mi cuenta. Ninguno parecen ser flores. Esta noche he soñado que me las regalaban. Rara vez se cumplen los sueños.



Feliz día de reyes, F.

domingo, 1 de enero de 2012

Los imprescindibles del Elefante (IV) - El Señor de los Anillos

Corría el año de Gracia de 1993 cuando el día de mi cumpleaños amaneció con un libro nuevo que añadir a mis aún poco pobladas estanterías. Mi hermana me regaló un libro del que no había oído nunca hablar: un pequeño volumen, con un dragón dorado en su portada, con las alas plegadas y con cara de pocos amigos, y eso que parecía que estaba dormido. El libro se llamaba El Hobbit y por el aspecto me pareció que sería una frikada infantiloide y que nunca me lo llegaría a leer. Pero empecé a leerlo, primero con desconfianza, como ya he dicho. Poco a poco, sin embargo, fui sumergiéndome en el viaje emprendido por ese pequeño hobbit llamado Bilbo Bolsón, 13 enanos y un mago a veces torpe y otras sabio que se llamaba Gandalf, en pos de un tesoro custodiado por el dragón Smaug en la lejana Montaña Solitaria.
Una vez leído este primer contacto con el mundo tolkiniano quise más y pronto me agencié El Señor de los Anillos, que me leí esas mismas navidades. No hace falta que hable mucho más aquí de la obra magna de Tolkien. Quien quiera saber más puede leer los libros.
A partir de aquel entonces me lo he leído varias veces. Y con el paso del tiempo se hicieron las pelis y todo el mundo hablaba de elfos, magos, hobbits, Morias o abismos de Helms como si tal cosa. Y a decir verdad, a los que descubrimos por nosotros mismos a Tolkien, sin ayuda de otros medios, nos molestaba que de pronto ese mundo fuera mancillado por manos que no lo sabían apreciar en su justa medida o que simplemente frivolizaban con todo aquello.  A la par, veíamos todo aquel fenómeno de masas con cierta indulgencia, como pensando que unos pocos habíamos estado allí antes que toda aquella masa. Y aunque las películas no están mal y porque se hicieron a veces dirigidas para esa masa ignorante a la que había que dar todo masticadito los libros son mucho mejores. Bueno, cabría decir que el libro es mucho mejor, ya que Tolkien lo concibió como un todo: fue la escasez de papel tras la segunda Guerra Mundial la que obligó a la editorial a publicarlo en los tres volúmenes que todos conocemos.
Con esto acabo esta entrada de hoy. Como dijo alguien: el mundo se divide entre los que han leído El Señor de los Anillos y los que no. Así que, si no lo han leído... ¿a qué esperan para hacerlo?

PS: de ese pequeño volumen primigenio no sé nada, se lo dejé a alguien y aún no me lo ha devuelto, pero lo suplí (actualmente tengo cuatro ediciones del Hobbit y otras tres de ESdlA, friky que es uno...).