lunes, 17 de enero de 2011

Es que la soledad es muy mala. Así estaba yo el año pasado. Solo. Sin nadie a quien contar nada. Vagando en una ciudad que no me gustaba, tal vez porque la acusaba de todo lo malo que me estaba sucediendo. Sí, es duro levantarse un sábado por la mañana sin tener a nadie con quien conversar o ir a tomar ese café de después de la comida. O el domingo. O cualquier día.
Pero a todo te acabas acostumbrando. Si sigue así se te hace una costra. Como un callo. Un endurecimiento difícil de quitar. Y esa soledad pasa a formar parte de ti, sólo te acuerdas de ella cuando te la mencionan.

2 comentarios:

  1. Yo para la soledad, Bob Dylan. Pronto inauguraré sesión "el disco del mes"

    pd. Qué ganas de fin de semana

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