martes, 12 de octubre de 2010

Hola, Valencia III

Valencia. Desde mi antigua habitación. 5:50a.m. 12/10/10


De Zape para Zipi:
(primera parte)

"people, my friend,
all that people that we hate, my friend
all that people that someday,
someday they'll ask to themselves all of our questions.
Someday, my friend,
think probably when they'll die
ask all of our questions to Lord.




La primera vez que la vi. Sí, vi su pelo rubio del color de los girasoles. Vi a una camarera detrás de una barra dónde tantas veces había visto a unas cuentas chicas. La primera que la ví, sí, ví su pelo rubio del color de los girasoles. Era el pelo de una camarera que no sólo servía copas y cervezas. Sonreía a los del otro lado e iba y venía del uno para el otro.
Y allí todos se cantaban a sí mismos "Im not like everydoby else" Pero los Kinks no le dieron vida para ellos. Idiotas. Os parasteis a charlar con la camarera equivocada.
Hoy tengo que reconocer sin avergonzarme que si quiero al intermediario de la forma en que lo hago, es gracias a ella. Reconozco sin avergonzarme en absoluto que la primera vez que la vi, vi su pelo rubio. Tenía ese color que imaginé en los girasoles que nunca había tocado, cuando el profesor habló de las flores.

Corría el Otoño del año pasado. Se fijó en mi ropa y dijo -"una muñeca"-. Le gustaron mis zapatos y el cuello rosa palo de mi camisa -"¿No tienes frío sin medias?"- Lo tenía y me gustaba tenerlo pero no debió ser esa mi respuesta. Mi respuesta, seguro, segurísimo, debió ser un gesto facial. Luego miró mi mochila y me cogió del hombro - "Cristina, te vas de camping o qué?"- follonera burlona. No tardé e confesárselo entre copas "me voy a llevar bien con esta chica" que aparentemente no tiene ni una pizca que ver conmigo, o con la chica que fuese yo el pasado Otoño.
Y en los alrededores y mientras tanto, muchos se cantaban a si mismos "I'm not like everybody else" sin percatarse lo más mínimo, pobrecitos, de que Davies y Douglas no la habían escrito para ellos. Y reconozco sin avergonzarme en absoluto, que fue justo en ese instate. Dejé de ver a la camarera. Sigo viendo su pelo rubio al que debe uno de sus nombres.

Una noche de mi estación favorita volví a su bar como cada noche que el mio no me necesitaba, ni yo a él. Puse música. Cortó naranja. Me encendí un cigarro. Comprobó la cantidad de todas las bebidas y la no presencia de la mía. Abrí una cerveza. Comimos las galletas que traje como podíamos habernos fascinado con el sabor de las piruletas o admirado el color de las chucherias o intercambiado un libro que elegía de mi estatería por una rosa de gominola el sabor de la cual todavía ignoro. Me pintó las uñas, manicura perfecta. Le hablé de ese "cutre", el hombre, que no el sexo
-" en fin es lo que es"- le dije -" a veces pasa,estoy leyendo a Bukowski, sabré llamar a las cosas por su ombre y no cruzaré la frontera" -
-"podríamos presetarlos"- (a mi ex cutre y al suyo)
- "se enamorarían y tiraríamos por los suelos su orgullo"-
Y entre cutres y sexo y autoconfianza y cutres y universidad y autoayuda y cutres y "colegas" y hermanas mayores. Entre mis "joder, qué tema" sus "qué tal estos zapatos los he econtrado por 10 euros". Entre sus "cris no me escuchas verdad?" y mis "me gustan para ti, para ti me encantan" .Entre todo eso y a ritmos y momentos distintos, nuestro cuerpo bailaba al son de Compay como podría haberlo hecho alrededor del mito o al tono del poeta del amor en nuestra lengua materna "y las niñas van cantando..."

El resto mayoritario cantaba otra cosa, como de costumbre, se cantaban a si mismos "I'm not like everybody else" Angelitos, que no sereis ángeles en la vida. Ay, ilusos, no se ha escrito ni musicado para vosotros. Daltónicos emocionales, que seguís charlando con la camarera equivocada.
Pero yo reconozco sin avergonzarme. No me averguenzo en absoluto cuando digo que no me tomaría ni una copa con vosotros. Ni la más peligrosa de las drogas me haría olvidarme de que no me tomaría un café con vosotros. No me lo tomaría ni aunque lloviese.








No hay comentarios:

Publicar un comentario