domingo, 17 de octubre de 2010

Cómprate una casa

"Es muy propio de nuestra sociedad, que la existencia de un sabio encerrado en su lúcida locura, cuya decencia y dignidad han sido pisoteadas, no arranque titulares. Sin embargo, ay amigo -is your money that good?- si se le ocurre rechazar una gran suma de dinero, podrá ocupar unas cuantas columnas del Domingo"

De un artículo, salvo la referencia a "masters of war" que no he podido evitar, de Maruja Torres. Son las 13:06 en Barcelona. Esta mañana compré flores blancas a una viejuna por 5 euros. Ella queía vendérmelas rojas y por 4. También compré tabaco y prensa. Anoche eran las 4:29 a.m cuando escribí este texto en mi libreta. Antes, comí sandía y chocolate. Sonó Cohen. Luego sonó Justice y mi canción preferida de los groovies flaming. Pero es ahora, a las 13:13 cuando lo edito, con Dylan sonando pidiéndole permiso a Tommy, que ya descansa.




Te contraté para subirme la autoestima cuando volví a Pessoa porque, cielo, todos confundimos melancolía con tristeza en algún momento. Te contraté y cumpliste tu papel, cariño, te doy las gracias.
Vamos, ¿Qué esperabas que hiciese? ¿mandarte flores vivas como señal de nuestro amor? Me subestimaste siempre. Lo supe desde el principio del fin. Te dejé creerlo; "una niñita que decide estudiar en lugar de continuar drogándose" -"¿Qué harás esta noche, retirarte antes de que salga el sol?"- Esas, tristemente; y mira que es genial hablar sin palabras, eran el tipo de cosas que nunca me decías.
Sé quién pensabas que era yo. Dime ¿Quién pensaste que eras tú? El chico que busca un sueter rojo. Estrecho, de cuello bien alto. Lo hace para sentirse alguien de quién no tiene más que un cd de copia. Eso debería haberme impresionado, ¿no es cierto? -"Perdedora"- el tipo de cosas que nunca me decías- -"la niña que decidió trabajar de noche para estudiar de día renunciando a permanecer bonita por las mañanas"-

Cielo, te contraté para que me subieras la autoestima y creiste ser tú quién me contrató. Para no aburrirse en las noches de Sábado y chuparme, o intertarlo, vaya, la sangre. Vampiro emocional, ¿Pero qué imaginabas que haría? Sinceramente ¿Crees que tus influencias deberían haberme impresionado? Esos, tristemente; y mira que son geniales los juegos de casino, eran el tipo de trucos que utilizabas.
Te lo reconozco. Casi consigues confundirme. Es el precio que me tocó pagar por resultar vulnerble ante ciertos estímulos. Y no hablo, sigue leyéndo antes de confundirte tú, de un cuerpo bonito- supe luego era tu único tesoro- Una altura tan considerable. No, cariño. Estuviste cerca de conseguirlo. Pero no eres como aquellos con los que vives y te dieron vida. Qué vas a serlo. No es tuya la discografía ni son tuyos los libros. No es tu casa. Allí dónde llevas a las niñas. Las llevas a engañarlas a una casa ajena, como poniéndoles pastillas en la copa. "Pills", cielo. Las quieres engañar con las mejores drogas. Eres listo.


Hablemos en medidas temporales, ¿Cuánto es lo máximo que te ha funcionado? ¿Has sido capaz de detener el tiempo alguna vez? Lo cierto es que no tienes casa. Tienes edad física, careces de casa. Se te cae el mito delante de tus ojos frente al espejo. También, bontiomío, delante de aquellos que saben mirar y advertir que no es tuya. Puedes leer casa como sinónimo de principios, si te apetece. De ser tuyos los principios me habrías puesto esos Vinilos de los Beatles de los que un día te vanagloriaste, cual "superyo" Freudiano. Ante mi y ante tantas otras, claro. Pero no lo sientes. Y si lo fueran, emocionallittleboy, te habrías atrevido a llamar en lugar de comunicarte con toda esa tecnología basura. Voz, cariño, siempre la voz. Puedes leer principios como sinónimo de valentia y honestidad, si te apetece.

Si fuesen tuyas la valentía y la honestidad, como quise una tarde que fueran, sabrías ahora que casi me lo creo. Y antes, hubieses preparado una lista de reproducción -no esperé nunca que grabases un cd, eres listo pero yo más- bajo el título de "cama". O mejor, la habrías bautizado con una palabra nueva, por si la cama me aburría.
Pero sigue trabajándolo. Haz de tu cuerpo tu única forma de convertir en amigas dos palabras cada vez más enemigas. Haz del gimnasio tu droga. Porque de no hacerlo no te habría contratado para que me subieses la autoestima. No habrías cumplido tu papel. No estaría dándote las gracias.
Y por favor decepcióname otra vez. Sigue llevándotelas, a todas las niñas a tu casa imaginaria. "Pills", cositamona. Engáñalas y se quedarán o no tardarán en dártelas también.
Porque si no lo hubieses hecho, ay, si no llegas a tomarme por una de ellas. - " La llevo al ballet con mi trajechaqueta y me pide matrimonio"- Esas, y joder mira que es guay revivir el orgasmo, con aquellos a los que aprecias. -"Le compro una piruleta y me aseguro el regreso de su cuerpo"- Esas. El tipo de cosas que comentas con tus "amigos". De no haberlo hecho te las habría dado mucho antes. Ahora estaría simplemente describiendo mi último y reciente evento erótico-festivo. O ni te las habría dado, 'cause life is not much complicated ni yo tampoco. No me hubiese marchado contigo la primera vez. No me acuesto -nadie ha hablado de quedarse a dormir- con tipos como tu.

Lo sabrías ahora. Sabrías todo esto si fuesen esos tus vinilos. Uno puede engañarse a si mismo toda la vida. Al resto- y no lamento ser yo quién te lo cuente- sólo un tiempo. Y si ese resto ya ha llorado todas sus lágrimas previo a toparse contigo, te garantizo, niñoquenosllamanenas, que el tiempo será corto.
¿Qué pretendías que hiciera? Lo que haré es, aun con la certeza de que no sirven para nada, regalarte un consejo:
Piensa quién es el perdedor ahora. Pasa la página metafórica de tu libro. Supera todo eso que crees que "mola" y que "les", a tus niñas. No los mires. En vez de eso léelos y escúchalos.
Cuando pienses en mi, acuérdate de qué hacías tú con mi edad. ¿Dónde estabas? No siento ser yo quién te diga, que estabas exactamente dónde estás ahora. Y que no es el mismo sitio, tampoco, desde el cual te escribo. Tus 23 no son los mios. No sé dónde estaré cuando alcance a tu edad física, pero desde luego seguro que no dándote las gracias.
Si piensas en mi -que pensarás- acuérdate de que no inventaste nada. Diles a ellas de quién lo aprendiste, eso de "te lo pago con favores sexuales" . Yo también les diré a ellos que seguro lo saqué de alguna parte, vete tú a saber de dónde. Piensa en mi y recuerda que la chica que casi te compra otro patito para que recordases su edad entonces, ya tenía pseudónimo -y mejor, por cierto-. Lo tenía mucho antes que tú. Triste. Podrías haberte llevado otras cosas que mereciesen más la pena. Algún conjunto de ropa interior. O los libros que afortunadamete nunca te dejé.
Lo sé, ya lo sé. Han resultado más de los que dije. Deberías haced caso de todos y cada uno. Cómprate una casa. Y entonces, no antes, haz lo propio.
Dame las gracias.

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