viernes, 31 de diciembre de 2010

Thank you for the days...(la versión de Costello también nos vale)

Ayer conocí a Zaida.
Zaida es dependienta de El Corte Inglés, me lo dijo ya en el autubús. Para contextualizaros, yo ya me había despedido de Lolita y Conchi, nos ha quedado una sorpresa estupenda con poquísimo dinero y eso es muy guay asique les di un abrazo además de dos besos, con sus piropos corrrespondientes: perlas, guapas, bombones, tipazos! Esto no es amor de amiga, sólo tenéis que echad un vistazo a las fotos.
Total, que en el ayuntament de València (vamos a obviar referencias políticas en este texto, a lo "travesuras de la niña mala" de Vargas Llosa) se había celebrado una carrera que no de haber hablado con Laura habría catalogado como una fiesta de disfraces dónde la gente además corre.

Correr es muy sano y Zaida y yo corrimos para alcanzar el autobús, el 13. Y luego nos dimos cuenta que se iba a quedar allí parado un rato largo y nos sonreimos y nos sentamos una al lado de la otra porque total, ya habíamos ido hablando hasta aquella parada.
Zaida además de dependienta tiene mi edad y es morena y con ojos marrones y viste baqueros, sueter gris y zapas azules a lo "fama, a bailar".
Empezamos a hablar por mi culpa. Le pregunté si sabía si "en esta calle iba a pasar el 13, porque con la carrera..." No sé porque le pregunté porque yo ya sabía que no ya que anteriormente me había cruzado con unos guardias civiles uniformados de amarillo que ejercian de controladores de autubuses, que no de tráfico.
Supongo que le pregunté para tener una segunda opinión y también porque no había nadie más allí salvo nosotras. Le pregunté porque estabamos en la misma situación y eso hace empatizar a una chica con la bateria del mp3 descargado, osea yo(como ya habréis deducido los que me conoceis) y una chica con bolsa de Zara.

Nos contamos nuestras respectivas aventuras de la tarde, la suya, por supuesto, mucho más ardua que la mía. Porque ir de tiendas, es más, ir de tiendas en pre-nochevieja es de valientes

- No encontraba nada, tía,
- Eso es porque vas buscando algo
- Ya eh, siempre pasa
- Y cuando lo vemos sin más no podemos comprarlo porque no hemos ahorrado o te sabe mal gastar (debí matizar gastar en ropa)
- Pero el dinero a veces está para gastarlo, al final me he pillado un pantalón de pinzas y una camisa hueso
- Un básico, lamar de ' apañao y siempre elegante
- Sí, porque pa' que más
- Y por folclore, porque es una noche como otra
- Ya ves, si si, de normal yo también (ese "también" me encantó) soy de baqueros


Y así seguimos contándonos nuestros planes y no-planes de nochevieja, comentando (ella) que la gente no sabe beber y yo dándole la razón y recordando también esas batallitas pre-adolescentes (también ella, yo no soy muy dada a hablar de mi adolescencia) de cuándo cometimos verdaderas locuras con la bebida y/o las droguitas.
"Pero ya está"- me dijo, "ahora estoy en una etapa muy tranquila" Y fue en este punto de la conversación cuando yo me sorprendí al saber que su chico (del que me habló poco pero muy bien) vive dónde yo acostumbro, con mis padres y Ron, a veranear.

Nos recomendamos restaurante, ella allí, yo aquí y coincidimos en la importancia de comer bien, pero comer bien de verdad y quedarte saciado. Y que nos traten bien. Y que luego nos conozcan porque vamos volviendo. Y que no tengas que dar las gracias por que te sirvan un poco de pan (eso, Lolita y cya, sabéis que me quemó mucho)

Zaida es un encanto. Me preguntó justo antes de bajar y desearnos feliz año si este había sido bueno. Yo le contesté que mucho. Ella dijo que el suyo "regulero" y mencinó algún familiar en algún hospital, creo que una abuela. Nos despedimos con un "me alegro de que no te haya pasado nada malo y feliz año" un "encantada (a lo que ella contestó que también) y un otra vez feliz 2011, ahora con número.

No me dió tiempo, aunque de tenerlo tampoco lo hubiese hecho, a confesarle que objetivamente mi año no había sido tan bueno como ella había creido entender. De haberselo dicho también habría tenido que explicarle que de todas formas, siempre me pasa lo mismo, cuando se acerca el final ya estoy en ese punto en el que lo objetivo desaparece y yo ya no quiero que acabe, como con los libros, así me pasa.
Ese es mi balance del 2010, perlas. Aprender de los errores antes de que se acabe un año o la última noche será muy pero que muy triste.

Dicho esto, feliz 2011, que no puede ser que se lo haya deseado a una desconocida y me olvide de vosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario